“La tenacidad puede sobrevivir a la esperanza”.
Los libros de Terramar III, La costa mas lejana.El punto en común de todas las marchas de trekking o senderismo es el que permite definirlas como una caminata de mayor o menor recorrido y dificultad hecha al aire libre, a pie, y en un paraje natural.
Pero lo que para unos es una marcha, para otros puede ser una lisa y llana tortura...y esto ocurre porque precisamente todo depende de la duración de la misma y de las condiciones en que se efectúe dicha marcha: tanto de las condiciones del terreno, como de las condiciones climáticas, como de las condiciones físicas de los participantes.
Es por eso que podemos distinguir las marchas dependiendo del contexto en que se desarrollen, o de la finalidad que persigan, o por su duración, por el horario en que se realizan, por la cantidad y edad de los miembros del grupo que las realiza, etc. entre otras posibles clasificaciones.
El objetivo.Si atendemos a su finalidad, encontramos que pueden existir marchas en el contexto de una simple caminata o paseo por el campo, marchas en el contexto de una expedición que persigue explorar un terreno inexplorado (por ejemplo), marchas de aproximación a una montaña (para escalarla, por ejemplo), marchas de aclimatación (para luego subir a cotas más altas), marchas de entrenamiento militar (para que los soldados aprenda a conocer su fatiga), o incluso una simple marcha de picnic o para bajar la comida del mediodía.
El grupo.Evidentemente no es lo mismo marchar con 50 niños inexpertos gritando como poseso cuando se cruzan con un mariposa, o parando cada vez que ven volar un pájaro “raro” (algo nuevo para ellos, que pocas veces salen de la ciudad), que hacerlo con un grupo reducido de exploradores expertos, por ejemplo. Es decir, la experiencia de los participantes es determinante para el desarrollo de una salida al aire libre.
El terreno.Tampoco es lo mismo marchar a nivel del mar que hacerlo a 5.000 metros de altura (por poner ejemplos patentes) o hacerlo en la arena que hacerlo por una superficie lisa y compacta, marchar en subida que caminar en llano o en bajada, o en un terreno abruto que obligue incluso a utilizar las manos para no perder el equilibrio o marchar por la nieve (marchas de travesía), por ejemplo. Por tanto, el tipo de terreno por el que se marche será determinantes.
El clima.El terreno más fácil se puede transformar en el más difícil si el clima se empeña en ello. Un terreno conocido en verano se transforma en desconocido si la nieve lo cubre, un camino claro a seguir en una incógnita si la niebla lo oculta, un paseo placentero en una maldición si nos atrapa una tormenta, un hermoso día soleado o una bella noche estrellada en un calvarios si nos llueve al aire libre sin tener un cobijo donde cubrirnos. Y para los entendidos, como no mencionar el que una mochila que no pesaba tanto pasa a pesar demasiado bajo una lluvia torrencial...
La duración y el horario.Si pensamos en lo que dura una marcha, es evidente que no es lo mismo marchar de día que hacerlo de noche, hacerlo durante un día que hacerlo durante un fin de semana, o hacerlo durante algunos días, que hacerlo durante una semana, o incluso durante 15 días o un mes, como ocurre con las expediciones que organizamos en el Gea. Los cansancios son acumulativos; la moral se va perdiendo a medida que el tiempo pasa; a más días, más comida que acarrear, sobre todo en lugares donde la civilización brilla por su ausencia...
La exploración y la aventura.Estas últimas, las expediciones de exploración, son sin duda las que incluyen el tipo de marchas más variadas y por lo tanto más dificultosas, sobre todo si el objetivo es explorar una zona de montaña. En este tipo de expediciones de investigación encontraremos tanto marchas de aproximación (al lugar o campamento base, a una montaña para subirla o a un valle para bajarlo, etc.) como marchas de travesía (es decir, por la nieve), marchas de endurecimiento (desplazarse sin más ayuda que los propios pies durante cientos de kilómetros y alrededor de un mes de tiempo llevando a cuestas la casa y la comida, es ya en sí un endurecimiento).
La expediciones de hecho se pueden ver como una marcha continuada de varias semanas, pero también como marchas por etapas que durarán todo el día (y a veces noches también, si es necesario), continuando en el siguiente, y sobre todo, transportando mucho peso...el peso, el suplicio...
Se harán además marchas que duren parte del día, para explorar las proximidades de un campamento (por ejemplo), mientras se descansa o se realiza la aclimatación. Incluso se darán marchas de paseo, cuando a la vuelta ya no queda mucho de los 40 kilos que se llevaba a cuestas al comenzar la expedición, y se camine como si se flotara en el aire...
...la vuelta, el descubrimiento y la vuelta...el sueño de todo explorador...
¿Ustedes que opinan ciudadanos de Andinia?
Relacionados: