Cuando se va a la montaña, la mochila es imprescindible. Y también saber cómo armarla. Es importante controlar que no se olvida nada, y que se lleva el peso mínimo posible.
Durante el armado de mochilas previo a una expedición del Gea.Normalmente el peso del equipo grupal se reparte equitativamente entre todos los participantes; lo más pesado debe ir arriba en la mochila (para que el centro de gravedad no nos "tire" hacia atrás y abajo), evitando elementos duros y punzantes en la periferia (para no dañar la tela ni lastimarnos). Las cosas frágiles deben ir convenientemente protegidas (con ropa, toallas, dentro de ollas o jarros, etcétera), y cubiertas a prueba de agua en caso de ser material sensible como equipo electrónico o fotográfico o documentación.
Se procurará tener lo de uso más frecuente y de emergencia a mano (en los bolsillos externos, en la tapa de la mochila, o en la parte superior de la misma) como el botiquín, alimentos energizantes para la marcha, agua, cámara fotográfica, linterna, ropa de Goretex, mapas, GPS, etcétera.
Las cosas de menor uso, de utilización al final o al principio del día -momento en que las mochilas suelen estar desarmadas o a medio armar-, o de repuesto pero que no requieran una disponibilidad inmediata (ropa interior de recambio, bolsa de dormir, calzado de repuesto, ropa y/o abrigo para dormir, envases de alimentos aún cerrados habiendo otros similares en consumo, toallas, etcétera), pueden ir al fondo, siempre y cuando no sean frágiles.