Recordamos algunas cosas interesante que hay que saber en materia de nutrición y en relación con el uso de aceites:

Siempre son mejores los aceites "vírgenes" que los "refinados". Los primeros se obtienen mediante procedimientos mecánicos de prensado, a los segundos se los genera también con proceso químico, y en dicho proceso pierden vitamina E (tocoferoles).

Para freir hay que usar en lo posible aceite de girasol u oliva (el primero de elección en cuanto a su relación precio-calidad para este fin), y no usar aceite de maíz, pepita de uva, germen de trigo, soja, etc.

La razón científica para esta recomendación radica en que los aceites mencionados como perjudiciales tienen un alto contenido de ácidos grasos poliinsaturados, que a temperaturas de 160 a 180ºC aprox. producen alteraciones en el aceite que generan ciertos elementos tóxicos, y como la fritura se da a una temperatura de entre 175 y 220ºC, es mejor no usarlos para freir.

En general puede decirse que cuanto más ácidos poliinsaturados tenga un aceite y más tiempo dure la fritura, mayor será la formación de compuestos tóxicos, cosa que se agrava al reutilizar el aceite.

La familia alemana Fellmer se alimenta de desechos de supermercados; el fenómeno va en aumento.

Sobre las grasas trans en los alimentos argentinos hoy:

Así lo demuestra un nuevo estudio sobre 225 productos dulces y salados.

Hace unos 4000 años la expectativa de vida de un ser humano no perteneciente a las élites no sobrepasaba los 30 años. La gente que pertenecía a las castas militares, sacerdotales o reales en general disfrutaba de una vida más prolongada. Ramsés II parece que vivió alrededor de noventa años y en parte por eso se lo consideraba un dios: fue "inmortal" para varias generaciones de egipcios.

Hoy en día la expectativa de vida en el mundo más que duplica el número que correspondía a los humanos de la era antigua. En la prehistoria, ese número era aún menor: 20 años en promedio.

Irónicamente, en vez de continuar avanzando y extender nuestras vidas aún más, el estilo de vida que nos trajo hasta este grado de avance en la civilización pareciera que ahora se nos vuelve en contra con el perjuicio que con causan cosas como el estrés, el cigarrillo, las drogas y por supuesto, la mala alimentación.

En el pasado se podía establecer esa diferencia entre las élites y la gente común no por un mejor acceso a la medicina - que era poco más que magia y suerte para cualquier paciente - sino justamente, por la mejor alimentación.

Es para tener en cuenta que nuestros hábitos a la hora de comer nos están haciendo involucionar.

Si tenemos en Argentina esas ofertas tipo "Pollo para todos" y "Pescado para todos" de parte del propio gobierno, que son bromatológicamente muy dudosas, no creo que los controles en general sean algo que vaya a prosperar en el futuro inmediato.