Nos hemos enterado de una nueva y lamentable posibilidad de esas a las que los líderes políticos argentinos ya nos tienen tan acostumbrados dado que el poco seso que tienen lo emplean para ser corruptos y hacerle daño a su propia gente. Parece ser que gracias a un nuevo proyecto inmobiliario, el aeropuerto de la ciudad patagónica de El Bolsón será cerrado, con lo que se generarían muchísimos problemas para esa ciudad.
Como piloto que soy puedo decir que en sesenta kilómetros a la redonda no existe ningún otro lugar apto para que operen los aviones aeroaplicadores que se emplean para la lucha contra incendios forestales, lo cual deja en total exposición frente a estos siniestros que son de muy rápida propagación a una amplia zona de las provincias de Chubut y Río Negro, de la Argentina, y también un considerable territorio del vecino país de Chile.
La distancia que va a separar - como mínimo - a la base eventual de esos aviones y los focos de incendio va a causar importantes retrasos hasta que las aeronaves sean preparadas, se planifique cada vuelo y los aviones lleguen a la zona; lo suficiente como para que pequeños incendios se transformen inevitablemente en desastres de mayores proporciones. Nuestros amigos en España y Portugal seguramente entienden lo que esto signifca, pero la escoria política de este país ciertamente no, e insiste en hacer que la sociedad retroceda, en el negociado mafioso y en el beneficio de sus bolsillos aún a expensas de la vida de los demás y del medio ambiente.
En caso de emergencia, los aviones que vuelan sobre la ruta Esquel - Bariloche se quedan sin un importante aeródromo que hasta ahora les sirve como alternativa, y demás está decir que las evacuaciones sanitarias de urgencia van a pasar a ser cosas del pasado y que va a haber gente que seguramente morirá por no poder llegar al quirófano o a una sala de terapia intensiva, gracias a los propios políticos que ellos votan. Después de tener que soportarlos todos estos años viendo como destruyen al país, en mi opinión, los políticos argentinos son una lacra; no puedo expresar con palabras el asco que siento por ellos.
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