El ataque terrorista perpetrado contra la publicación Charlie Hebdo en París en el día de ayer - 7 de enero de 2015 - es una muestra de a lo que puede llegar la intolerancia.

Además de expresar nuestras condolencias a las víctimas y solidarizarnos con ellas, es necesario subrayar que los ataques a la prensa, muchas veces espoleados por líderes religiosos, políticos y hasta gobiernos en los que se persigue a las personas que piensan diferente no solamente demuestran que los atacantes son detestables como seres humanos.

También demuestran que son estúpidos, porque el mejor recurso para no sentirse molesto por una publicación es simplemente no leerla.

Mi opinión es que entre los fanáticos islámicos, este tipo de atentados de bajo costo - solamente un par de armas son necesarias - se van a viralizar. Lo de Charlie Hebdo es el inicio de una nueva tendencia.