David Harvey, un estadounidense que algunos denominan "geógrafo marxista norteamericano" (aunque a él no le gusta que lo llamen marxista, porque recuerda que ni Marx se consideraba marxista...) definió hace unos cuantos años, en la década del ´70, un concepto curioso diciendo que la geografía no puede estudiarse de forma "objetiva", al margen de la humanidad. Entendiendo que el capitalismo va destruyendo los espacios geográficos al tiempo que busca asegurarse lugares para su propia reproducción. Este tipo se dedicó a estudiar esto, y no es cualquiera, fue profesor en Oxford entre otras universidades, y ha escrito varios libros sobre estos temas.

Como vemos, esto no es ninguna novedad, se ve y se sabe desde hace mucho, y la consecuencia directa es el destrozo del medio ambiente y la salud de las personas. La creación de Estados ecológicos es casi una necesidad para la supervivencia en estos tiempos, porque va quedando poca naturaleza y "geografía virgen" de la que agarrarse...y la reconstrucción puede que sea imposible si se arrasa con todo...

Creo que este hombre tenía un buen punto para hacer: fijate que cada vez que pensamos en un mapa o carta, lo hacemos teniendo en cuenta las líneas punteadas de las divisiones políticas. Hasta hay algunos brutos que creen que van a encontrar las rayas y los puntitos en el terreno de verdad.

Mucho más correcto sería en todo caso delimitar las regiones por sus características sistémicas.

Es el problema de los mapas...si no hay de parte del que los lee el suficiente poder de abstracción, uno se olvida que sólo está viendo una representación imperfecta de la realidad, o en el mejor de los casos "burda". Aprovechando esto muchos políticos o militares (geopolíticos, más bien) han "adulterado" mapas y lo siguen haciendo gracias a la "correcta" manipulación de las escalas de los mismos.

Un ejemplo claro es como siempre los mapas de Europa están en una escala inferior a los mapas de América en las revistas de los aviones: uno en una página, otro en otra. Al verlo sin considerar la escala, parece que España es tan grande como media Argentina o como Brasil, y después la gente se sorprende cuando le decís que la realidad es muy distinta, y que Buenos Aires sólo es casi tan grande como España...esto tiene motivos prácticos en alguna medida, porque si se hiciera el mapa de Europa a una escala igual que el de Argentina, quedaría minúsculo...pero no nos engañemos, los principales motivos son otros, no "empequeñecer" a Europa frente al resto del mundo.

Con los mapas argentino que incluyen chiquitita a la Antartida en una esquina pasa algo parecido. Da la sensación de que la Antártida no es más grande que Buenos Aires, cuando tiene bastante más superficie que toda Argentina...incluso considerando sólo la parte que Argentina reclama como suya, suma 1.000.000 de kilómetros cuadrados a los 2.700.000 que aproximadamente tiene el resto continental del país.

Y por poner un tercer ejemplo, muchas veces los mapas chilenos no se han quedado atrás con su "adulteración"...al tener tan poco territorio, suelen diferir sus límites geográficos en el papel si se los compara con un mapa argentino...los límites y "mojones" que los marcan en la Cordillera de los Andes están a veces "corridos" unos cuantos kilómetros dentro de territorio argentino...

Lo gracioso es que es una lucha, por así decirlo, de este último caso entre Argentina y Chile puramente intelectual y de imagen. Porque el hecho es que ni el gobierno argentino ni el gobierno chileno, ni sus respectivos ciudadanos están habitando la Cordillera de los Andes a varios cientos de kilómetros a cada lado de esos límites...ahí es tierra de nadie, y al sur del río Bío Bío, lo que nosotros llamamos Reino de la Araucanía y Patagonia, nunca colonizado por ambos países realmente, solo "anexado" en los papeles.

Y entonces... ni hablar de los mapas del Medio Oriente donde todos dicen que es suya cada piedra que está en el terreno.

Bueno, volviendo al tema de este ejercicio puramente teórico, y suponiendo que se quisiera crear un estado o país a partir de idas ecológicas, lo primero que habría que hacer es obtener un territorio y estar en condiciones de defenderlo. Para eso sería necesario obtener un par de cosas:

- Población descontenta. Aquí el la Argentina, por ejemplo, eso sobra.

- Un estado débil del cual secesionar un territorio. Eso también está presente en la Argentina, pues pese a la demagogia y la aparente inclinación totalitaria del actual gobierno supuestamente democrático, el estado es sumamente débil.

- Un territorio alejado del poder central, de escasa población o con personas descontentas. Esto también existe aquí.

- Armamento o poder financiero. Eso no se tiene en este lugar y creo que prácticamente sería lo único que evitaría que personas suficientemente decididas, convenciendo a un número bastante importante de personas frustradas con la Argentina, se secesionaran.

Reitero que esto es simplemente un ejercicio teórico, para que nadie diga cosas raras. Pero en esta situación y suponiendo que se consiguiera un apoyo de fuerza razonable para tal empresa ¿qué es lo que impediría, por ejemplo, revivir el antiguo reino de la Araucanía y Patagonia?

Hay un aspecto "cultural" que sin dudas convendría agregar a este estado ecológico ideal, y es algo que ya se hizo en la práctica. Me refiero a la disposición que obligaba a todos los barcos que tocaran puerto en Alejandría, en Egipto, a tener la obligación de dejar que sus manuscritos se copiaran antes de seguir viaje. Así se logró crear una de las mayores colecciones de textos y biblioteca el mundo: la mítica Biblioteca de Alejandría. Es decir, supeditando el Copyright a la necesidad de preservar los conocimientos, aunque sea por la fuerza (porque los barcos eran registrados en busca de los libros, rollos, pergaminos o papiros).

Por tanto, todo aquel que ingrese a la Araucanía y Patagonia debe estar dispuesto a dejar copiar los libros que lleve consigo, y/o a compartir sus conocimientos en la medida de lo posible con los fundadores y habitantes locales.

De hecho hay leyes similares en muchos países: cuando se imprime un libro, hay que depositar obligatoriamente algunos ejemplares en bibliotecas públicas. Pero como vemos, eso no es suficiente.

La emulación en el liderazgo se relaciona estrechamente con el concepto de autodisciplina y autosuficiencia, y parte de que el líder predique con el ejemplo.

Es decir, es imposible conseguir una emulación positiva de (por ejemplo) el ejemplo que dan los lideres sindicales argentinos. Son prácticamente millonarios a costa de los trabajadores que dicen representar (de las comisiones ilegales, coimas o sobornos, o como se le quiera decir, que cobran en sus negociados con las empresas y sobre todo con el gobierno). ¿Puede pretenderse que los trabajadores respeten a esa gente o estén contentos viviendo con un sueldo miserable cuando estos están podridos (literalmente) en guita? Evidentemente no.

La implica el autoimponerse una forma de vida o de actuar porque uno cree que es correcta. Es la única disciplina que no es resistida por gente psicológicamente fuerte (porque si alguien se deja imponer una disciplina externamente que no comparte, puede resultar muy disciplinado, pero su voluntad es débil) y por lo tanto totalmente compatible con la emulación, y consecuencia de esta: si yo veo que alguien (mejor todavía si es un líder) hace algo que me convence no intentando convencerme, sino porque cree que es beneficioso para él, no dudo de su sinceridad, y es más posible que coincida con su punto de vista y lo adopte al mío (autodisciplina).

Por último, la se derivar de estos dos aspectos, o incluso es consecuencia de ellos: alguien que adscribe a una disciplina impuesta externamente, no puede más que ceder parte de su voluntad, y por lo tanto depende de sus "mandos", no es autosuficiente en los aspectos de los que dependa de la imposición de otros para actuar, no de sí mismo. Sin embargo, alguien que emula y comparte una autodisciplina, puede ser perfectamente autosuficiente...es más, debe serlo para lograrlo.

Todo esto está muy relacionado, aunque parezca un poco traído de los pelos, con el concepto de un Estado ecológico según lo veo: personas concienciadas y no obligadas son mucho más valiosas para una causa ecológica. Sólo hace falta ver lo que logra el voluntariado ecologistas limpiar playas y animales empetrolados, evitar la caza de ballenas, obligar el cierre de centrales atómicas, evitar los desmontes, etc. etc....y todo porque creen en la causa, no porque los obligan o les pagan.

Pero se podría lograr más si en vez de organizaciones no gubernamentales ecologistas, existiera una primera organización gubernamental ecologista. Es curioso, pero una organización parece imposible o contradictoria sin serlo...otra prueba más de que todavía no existe un Estado ecologista, y que sería necesario.