Por estos días me preguntaron mi opinión acerca de las personas que se encuentran en posiciones de poder y le gritan a la gente. ¿Se ejerce un buen liderazgo de esa manera?
La respuesta es no; quien grita es un mal líder.
Un buen líder debe lograr que otros le emulen a él o a algún referente de importancia. Los gritos solamente sirven para atemorizar a quienes se dejen vencer por el temor, y lo único que dejan como recuerdo de quien grita, es que se trata de una persona muy maleducada.
Quizás existe la idea de que se construye el liderazgo bajo la noción estereotipada del sargento de un pelotón de reclutas que los destrata al ingresar al ejército. Pero eso no es así, y ni siquiera entre los militares ocurre ese trato siempre. La idea de "colocar en situación" a quien sea, a los gritos, es para infundir temor, no respeto, y el liderazgo se debe demostrar luego de otra manera pues el temor se pierde poco a poco.
Quine grita no sabe liderar y tampoco sabe imponer; solamente está tratando de hacer cualquiera de las dos cosas, y de forma muy primitiva, que demuestra su tosquedad.
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