Como te comenté anterirmente, las revoluciones no sirven de mucho; la retórica tampoco porque los hechos son como son, y el hecho es que el mundo siempre va a estar manejado como lo está, con las mismas estructuras de poder. A lo que se puede aspirar es a modifcar los parámetros bajo los cuales se manejan esas estructuras de poder, pero no a eliminarlas. Todos los que lo intentaron fracasaron.

Proponer revoluciones y tirar todo abajo es pelearse con aquellos que van a ser el blanco de tales eventos que por otra parte, no sirven como procesos de cambio, no importa cuanto se los trate de racionalizar. No tiene sentido polemizar con cosas que son en la práctica, abstracciones sin efecto. Solamente la evolución hace cambiar las cosas.

No vas a destruir ni al poder político, ni al financiero ni a la religión. Ni siquiera vas a ser un rival. No vas a cambiar de la noche a la mañana los hábitos de la gente ni redistribuirles sus fortunas. Lo mejor que se puede hacer para aspirar a cambiar las cosas es educar, no revolucionar, porque la educación te da capacidad de entendimiento, y eso es lo que permite cambiar por convicción y emulación en vez de intentarlo por coerción.