Los teléfonos móviles o celulares...a aquellos que conozcan como funcionan estos aparatitos de telecomunicaciones que a tantos “fascinan” en la sociedad “civilizada” y rica actual, quizás no les sorprenda ver a una persona hablando en el metro o subterráneo...pero para mi, que tengo una idea de cómo funcionan, no me sorprende, sino más bien me resulta preocupante...
...porque ocurre que para que un teléfono móvil pueda tener cobertura en un túnel subterráneo deben (como ocurre actualmente en muchos tramos del Metro de Madrid, y en algunos del Subterráneo de Buenos Aires), solo pueden darse 2 posibilidades:
1 - Que la señal emitida por antenas en superficie sea tan potente, que atraviese varios metros de concreto. Esto hablaría de una potencia tremendamente alta que estarían recibiendo también los que están en la superficie cerca de dichas antenas...
Una antena de telefonía móvil o celular, apostada en un edificio de solo un par de pisos...
2 - O, la segunda opción (y más probable) es que se hayan instalado microceldas repetidoras de señal en las estaciones y / o los túneles, haciendo que la señal se distribuya directamente bajo tierra...
Lo preocupante es que estas microceldas suelen multiplicarse por la cantidad de compañías de telefonía celular o móvil que existan en el mercado local compitiendo entre sí (es decir, las que no hayan efectuado alianzas, públicas o no, para compartir sus infraestructuras de telecomunicaciones).
Esto se traduce en que en un lugar tan acotado como es una estación de subte o metro, estamos teniendo (como se puede ve) a la altura de nuestra cabeza una antena que nos irradia con microondas constantemente... Por más que no se haya demostrado que estas afecten o no a la salud, está claro que ser irradiado con microondas (que tienen un efecto acumulativo, por cierto) en la propia cara no debe ser algo precisamente bueno para la salud...cualquier técnico en comunicaciones sabe que no debe colocarse frente a una de esas antenas porque corre el riesgo de que te frían el cerebro, y por eso las mismas se hayan a una distancia “x” de los usuarios normalmente (sobre edificios, etc.). Estas distancias, a mi modesto entender, se ven tremendamente reducidas en los espacios cerrados por donde transita el subte o metro, e incrementan el riesgo que probablemente tengan para la salud estas emisiones electromagnéticas.