Cuando se forman grupos de escolares para llevarlos a pasear por el campo o la montaña, grupos de excursionismo o senderismo, por lugares con caminos o sendas previamente trazados y debidamente marcados, lo ideal es que AL MENOS se disponga de un guía, profesor o monitor por cada 8 o 10 estudiantes, aprendices o chicos menores de edad a cargo.
La realidad indica que cuando esto no se hace "ad honorem", sino que (por el contrario) hay dinero de por medio, y la que organiza es una empresa que prioriza el ahorrar costos al límite de la normativa y la seguridad, esta relación o ratio "guía-guiado" se reduce considerablemente, habiendo 1 guía cada 10, 15 personas o incluso más.
Para nosotros en el realizar una expedición de exploración en semejantes condiciones sería totalmente inconcebible. Por las condiciones de dureza en que se desarrollan, y potencial peligrosidad, nuestra norma es que siempre seamos más personas con experiencia (exploradores y guías) que personas si experiencia (aprendices o invitados); de los cuales al menos 2 serán guía, o 1 guía y un explorador muy experimentado por expedición.
Un grupo con personas con experiencia, por grande que sea,
suele ser más rápido y eficiente que un grupo
pequeño sin experiencia.De esta forma, el grupo puede ser guiado y controlado (en caso de surgir un situación de supervivencia) con rapidez y seguridad por los que más saben, sin temor a "amotinamientos" o a actitudes irracionales como consecuencia del pánico unido a la ignorancia.
Por otro lado, el número mínimo de personas por viaje también está estipulado en 3, como explicamos
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