EJECUTIVO ¡EJECUTA! (IV).
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Su próximo paso ya había sido planeado por él con sangre fría desde hacía tiempo, nada lo agarraba desprevenido, hasta ahora...
Porque ese grito fue escuchado hasta en los más remotos confines del universo, en los más oscuros e indescriptibles lugares, cercanos y lejanos, incluso hasta donde viven los dioses.
Y no les gustó, no les gustó nada...
La guerra comenzaría, la guerra se desataría, sí, pero la humanidad ya no sería su único enemigo.
Los preparativos no duraron demasiado, sólo debía reunir el equipo bélico y la mano de obra necesaria para el trabajo (robots de última generación), cosa nada difícil para el dueño del noventa porciento de las fábricas de armamento y, en la práctica, también dueño, gracias a sus innumerables empresas diseminadas por todos los países del globo, del noventa porciento de la población mundial.
No le costó ni dos semanas prepararse para desencadenar la guerra más sangrienta y devastadora con la que se vengaría de todos y les demostraría quien es, les demostraría su infinito, su imparable poder sobre la tierra, dejaría una verdadera huella. Les haría ver que su reinado continuaría en el cielo, más allá de la vida.
Y luego de saciar su sed de venganza. A los pocos sobrevivientes que quedaran, a los pocos elegidos, les enseñaría a adorarlo. Tendrían el privilegio de entregarse a su Dios, a su profeta, mientras este todavía pertenecía al reino de los mortales para pasar a ser el rey de los cielos. “Rey de reyes -gritaba-, Rey de los cielos, rey de la tierra y de los infiernos”
La respuesta a todo está en un paisaje...
...pero hay que saber mirar.